(Chicago, Illinois, Estados Unidos, 1896 - Baltimore, Maryland, Estados Unidos, 1970)
Apuntes biográficos/históricosJohn Rodrigo Dos Passos (Chicago, Illinois, 14 de enero de 1896 – Baltimore, Maryland, 28 de septiembre de 1970) fue un novelista y periodista estadounidense. Viajero, intelectual y artista culto, de ideología independiente cercana al socialismo, está considerado como uno de los miembros esenciales de la generación perdida norteamericana. Cultivó una profunda amistad con E. E. Cummings, Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway, entre otros muchos contemporáneos, dejando agudos retratos en su autobiografía "Años inolvidables".
Nacido en Chicago, en una familia descendiente de portugueses, su abuelo era un comerciante de la isla de Madeira. Hijo natural del segundo matrimonio, de un jurista y político republicano, amigo de Mark Twain y Edison, siempre consideró a su padre, con quien mantuvo una estrecha relación, su primer y más incansable maestro. En su juventud viajó, junto a sus padres, por México y algunos países de Europa (en especial Portugal, Bélgica, el Reino Unido y España). En 1916, se graduó en Artes, por la Universidad de Harvard.
Con 18 años, se unió al cuerpo de voluntarios de Richard Norton (sección 60), en su servicio de ambulancias para la Primera Guerra Mundial y al entrar Estados Unidos, en la contienda se integró en el cuerpo de la Cruz Roja, siendo destinado a Italia. Es durante la guerra, cuando comienza a escribir una novela conjuntamente, con otros dos compañeros, proyecto que no llegó a culminarse. No obstante, Dos Passos publicaría en 1919, una novela de corte autobiográfico, La iniciación de un hombre. Tras la guerra, volvió a viajar por España (de ese período es su libro de retratos, Rocinante vuelve al camino) y vivió en París, durante varias temporadas. En la capital francesa entró en contacto con las corrientes innovadoras en todos los frentes artísticos, llegando a participar como pintor de decorados en los ballets rusos. Tras su regreso a Nueva York, considera la posibilidad de dedicarse al teatro como dramaturgo y director. Pero en 1921, se embarca de nuevo hacia Europa dispuesto a llegar hasta Persia, iniciando la travesía en el Orient Express y viviendo un viaje alucinante hasta Bagdad y Damasco que incluyó, una movida travesía del desierto en una caravana de camellos.
Tras el modesto éxito de Tres soldados (1922), publicó en 1925, la novela que le dió fama y relevancia mundial: Manhattan Transfer, escenario por el que deambulan los diversos personajes, con breves relatos fragmentarios cuyo conjunto, dan una idea coral del Nueva York de los "locos años 20". El mismo recurso literario que utilizaría luego en su trilogía U.S.A.
En 1927, hizo pública su postura contraria a la ejecución de los anarquistas, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, compromiso que le anclaría de forma definitiva en la lista negra. Dos Passos, que siempre mantuvo una ideología independiente, comprometida con los más débiles y por tanto cercana al socialismo, decidió visitar la Unión Soviética, en la primavera de 1928. Viajó hasta Helsinki, vía París y Londres y pasó una corta temporada en la nueva Leningrado (desde donde en una carta a Cummings escribe: "He visto los perros de Pavlov en Lenningrado"). Se traslada luego a Moscú, donde a través de los círculos del nuevo teatro soviético, toma contacto con los realizadores del cine ruso, de los que destaca en sus memorias a Pudovkin y Eisenstein. Una gestión personal del ministro Lunacharski, le permitió unirse a la expedición Narkompross que iba a explorar perdidas regiones del Daghestan. Tras sobrevivir (estuvo a punto de morir de hambre) a tan intenso viaje por el Cáucaso y después de un período en el que llegó a ser retenido, en Moscú por "gestiones burocráticas" pudo por fin, salir de la Unión Soviética: "...admiraba al pueblo ruso. Me había fascinado su país, enorme y variado, pero cuando a la mañana siguiente, crucé la frontera polaca me sentí como si saliera de la cárcel".
En 1929, conoció en el círculo familiar de Hemingway a Katherine Smith, con la que se casó en agosto de 1929. Juntos iniciaron un largo viaje hacia la vieja Europa, donde vivían, trabajaban o pasaban temporadas muchos de sus mejores amigos (los Fitzgerald y los Hemingway entre ellos, además de los aristocráticos Gerald y Sara Murphy o intelectuales como Blaise Cendrars o Dorothy Parker). De regreso en Estados Unidos, sin sufrir los reveses de la Gran Depresión que marcaría a toda una generación artística, Dos Passos y Kate alternaron residencia entre Nueva York y Key West, donde solían coincidir los inviernos, con la familia Hemingway.
En 1932, recién estrenada la Segunda República, Kate y John vuelven a visitar España, recuperando su relación con José Giner, entonces conservador del Palacio Real de Madrid (convertido en "Palacio Nacional"), y entrevistándose con el presidente Azaña. Tras comprar un pequeño automóvil, "la Cucarachita", recorrieron parte del país aquel verano. En Santander, acuden a un mitin del ya anciano pedagogo, Francisco Giner de los Ríos recibido en la plaza de toros (con gritos de "Vivan los hombres honrados" y palomas blancas, con lazos rojos en el cuello). Pero frente a la alegría de "mineros, mecánicos y agricultores", Dos Passos percibe también "el odio en los rostros de las gentes elegantemente vestidas, sentadas en las mesas de los cafés de la calle más importante de Santander, mientras contemplaban a los sudorosos socialistas volviendo de la plaza de toros con sus hijos y sus cestas y sus banderolas. Si los ojos fueran ametralladoras, ni uno sólo hubiera sobrevivido aquel día." Estas y otras observaciones y reflexiones cierran el relato de sus "memorias informales", publicadas cuatro años antes de su muerte.
En 1937, volvió de nuevo a España para colaborar con Ernest Hemingway en el guión del documental, La tierra española, pero al conocer la desaparición de su amigo y traductor de su obra, José Robles Pazos, presumiblemente a manos de los servicios secretos soviéticos, rompió de forma definitiva con la ideología comunista. En ese mismo viaje se produce su alejamiento de Ernest Hemingway, por la escasa sensibilidad del escritor ante el sufrimiento humano (tal y como recuerda Dos Passos, en sus memorias).
En su recopilación de artículos Viajes de entreguerras, Dos Passos cierra sus amargas y lúcidas reflexiones con estas palabras: "¿Cómo pueden ganar?, pensaba yo. ¿Cómo puede el nuevo mundo, lleno de confusión y desencuentros e ilusiones y deslumbrado por el espejismo de las frases idealistas, derrotar a la férrea combinación de hombres acostumbrados a mandar, a quienes une sólo una idea: aferrarse a lo que tienen?".. - El comunista José Robles, hijo de una familia aristocrática y monárquica, y John Dos Passos entablaron una amistad duradera tras conocerse en un tren nocturno entre Toledo y Madrid en 1916. Traductor al español de «Manhattan Transfer», la novela cumbre de Dos Passos, Robles dejó sus clases en una universidad de Estados Unidos y se puso al servicio de la República, pero fue asesinado en 1937 en Valencia tras ser detenido por la policía secreta soviética y sus aliados españoles.
Mientras Hemingway dio crédito al bulo de que Robles era un espía fascista, Dos Passos jamás puso en duda la honestidad de su amigo e hizo todo lo posible por averiguar el paradero y la causa de su muerte. En la estela de George Orwell, con quien coincidió en Barcelona, Dos Passos vivió en España el conflicto entre «el concepto marxista de estado totalitario y el concepto anarquista de libertad individual». El «caso Robles» le alejó del izquierdismo ciego y llevó al traste su amistad con Hemingway.