Apuntes biográficos/históricosBonifacio Fernández Aldana fue un hombre singular. La página semanal que La Voz de Aragón dedicaba al cine, resumía su visión cinematográfica y lo que él sentía por el cine. No era un publicitario al uso, sino un estudioso notable que amaba el cine. En una de sus «Páginas de mis recuerdos», lo evocaba Pablo Cistué de Castro en febrero de 1977, en Heraldo de Aragón: «Pertenecía yo por entonces a la redacción del diario que levantó la liebre [se refiere a La Voz de Aragón y al famoso duende de la calle de Gascón de Gotor]. En mi periódico trabajaba un tal Fernández, agente de publicidad, al que llamábamos -Barullo-, sin que él se molestara lo más mínimo, por los rasgos acusados de su carácter abierto, alegre, despilfarrador y un tanto barullero, que le servía de mucho para sacar anuncios hasta a los prestamistas con barbita en punta. De ahí que sus ingresos por comisiones llegaran a sumar el sueldo de tres redactores, para quienes tenía siempre a mano los paquetes de rubio». Éste era el creador de la Cinemateca Aragonesa, en sus aspectos personales y humanos. Bonifacio Fernández Aldana se trasladó, al filo de la guerra civil, a Madrid, y estuvo como publicitario en los diarios La Voz y El Sol. Fue cronista de guerra durante nuestra contienda, y más tarde se trasladó a México, donde falleció en 1971.
Fuentes consultadas1. WWW Enciclopedia Aragonesa [03-11-2017] (Bonifacio Fernández Aldana se trasladó, al filo de la guerra civil, a Madrid, y estuvo como publicitario en los diarios La Voz y El Sol. Fue cronista de guerra durante nuestra contienda, y más tarde se trasladó a México, donde falleció en 1971.)