Legislación Histórica
de España

Colecciones facticias

La comunicación de las disposiciones legales, en tanto fueron manuscritas, no ofrecían posibilidades para que los empleados de la administración se fabricasen sus propias colecciones. Los impresos, en cambio fueron coleccionados desde el siglo XVI cuando menos, formando volúmenes independientes mediante la encuadernación arbitraria de ejemplares de fechas y características diferentes o constituyendo colecciones facticias, habitualmente ordenadas cronológicamente. Son numerosas las colecciones facticias que se han conservado y que son, actualmente, una fuente de consulta valiosísima. En la mayoría de los casos desconocemos los individuos o instituciones a quienes pertenecían y, tampoco sabemos de las razones específicas que motivaron su colección.

Cada colección puede tener unas características peculiares; algunas tienen un índice cronológico y otro de materias, manuscritos al principio y al final de cada tomo. A veces, entre las disposiciones impresas podemos encontrar copias manuscritas de disposiciones. La colección suele seguir un orden cronológico y lo más común es que este tipo de colecciones reúnan disposiciones legales de carácter general y temática variada. No obstante, cabe señalar la existencia de colecciones especializadas en un determinado tema. Muchas de las colecciones facticias de la época se han visto cercenadas por diversos avatares, lo que ha producido la pérdida de algunos de sus volúmenes o su dispersión, circunstancia que podría explicar la gran cantidad de libros sueltos de disposiciones legales que permanecen en los archivos.

Por otra parte, autoridades y corporaciones mandaron hacer colecciones de disposiciones legales en un momento determinado, con posterioridad a la publicación o comunicación de las mismas. En este tipo de colecciones se incluían normas derogadas con anterioridad a su recopilación. Un ejemplo de estas colecciones sería la "Colección de Órdenes Generales de Rentas".

También podríamos considerar colecciones facticias las series de legajos existentes en los archivos que guardan disposiciones legales sueltas que han sido ordenadas cronológicamente. Los legajos, asimismo, mantienen orden entre sí. Un ejemplo de este tipo de fuente legislativa serían las "Reales cédulas, pragmáticas, provisiones y otras disposiciones legales (1745-1855) del Archivo Histórico Nacional.

E incluso es frecuente encontrar libros formados por la reunión de un cierto número de disposiciones legales, que no forman parte de ninguna colección.